MODIFICACIÓN DE CONDUCTAS

Los comportamientos de los niños no son iguales en todos los individuos, y lo que haga uno, no lo hará otro, y la técnica que uses con un niño no funcionara con otro. Partiendo de este principio fundamental en educación, debemos conocer los principios que utilizados con suficiente destreza pueden ponernos en un buen camino para modificar o eliminar conductas en niños.
Esos principios son:

– LIMITES. Es el paso mas importante para llevar a cabo el cambio de conducta. Si no se marcan a estas edades, a medida que crezcan sera mas difícil establecerlos. Tienen que saber que estamos triste por su comportamiento, que estamos decepcionados, pero manteniendo nos firmes en nuestra postura. Debemos establecer desde los primeros años de vida unos hábitos saludables de alimentación, ritmos de sueño, etc… Son los padres los que deben marcar esos limites, sin embargo en muchos casos nosotras somos las que marcamos limites y se lo trasmitimos a los padres; y marcar limites no es un trabajo coercitivo, sino como un juego de equilibrios, en el que el niño aprende el sentido de dar y recibir, al tiempo que automatiza una serie de pautas y valores que estarán presentes en su vida.

– CLARIDAD. Debemos ser lo mas claro posibles en nuestras instrucciones. Si establecemos limites, el niño tiene que saber exactamente que le pedimos. Si le decimos que se porte bien esto puede suponer diferentes interpretaciones, debemos concretar «no te subas a la mesa ni pegues a los niños».

– ATENCION. Se presta atención al niño cuando las conductas que realiza son las deseadas, en caso contrario se le dejara de prestar atención. El premio verbal funciona como apoyo a otros refuerzos, en caso de rabieta debemos retirar nuestra atención sobre el niño. Si premiamos una conducta deseada aumenta la posibilidad de que vuelva a ocurrir.

– COMPLICIDAD. Cuando marcamos unos limites, estos no solo deben funcionar en la escuela, debemos dejar claro que en casa se debe actuar igual por todos los miembros de la familia.

– MINIMIZAR. Cuando damos instrucciones debemos decir lo que queremos que haga el niño, por ejemplo, es mejor decir que hable bajito que no chille.

– ELECCIÓN. Cuando damos instrucciones podemos minimizar la probabilidad de desobedecer si proporcionamos al niño varias opciones para que él pueda elejir cual le convenza mas.

– COHERENCIA. Debes ser coherentes con lo que pidamos al niño y lo que vea en su entorno; no podremos pretender que respete a otros cuando en casa tal vez no sea lo que ve.

– CONTROL. Debemos controlar nuestras emociones. Si el niño realiza una conducta negativa debemos tomarnos unos segundos para respirar y pensar por donde abordar el problema. Es complicado en determinadas situaciones no desbordarse pero debemos intentarlo. Nuestro objetivo es educar y si nos alteramos no estaremos ofreciendo el mejor modelo de nosotros mismos.

– CONSTANCIA. Mantenernos firmes en los limites y en como actuamos ante ellos es fundamental para lograr la retirada de la conducta no deseada.
Debemos tener en cuenta que estos principios suelen ser los que tenemos que tener en cuenta a la hora de modificar una conducta, los niños son diferentes y habrá individuos en los que funcione y otros con los que debamos utilizar otras técnicas. El peor aliado es dejar pasar el tiempo sin actuar.